Seguro que alguna vez te has preguntado qué significa exactamente «amortizar». A continuación te mostramos su significado.
Qué significa amortización
La amortización es la pérdida del valor de los activos o pasivos con el tiempo.
Esta pérdida se debe reflejar en la contabilidad y es importante tener en cuenta, también, los cambios en el precio del mercado u otras reducciones de valor.
Por eso, aunque en el día a día de la contabilidad y la gestión fiscal hablamos de amortizar o de amortizaciones en este sentido, lingüísticamente el término depreciación probablemente sea más apropiado para reflejar el ajuste del valor.
Con las amortizaciones, los costes de hacer una inversión y comprar algún bien se dividen entre todos los años de su uso.
Cuando compras un bien que durará más de un año se considera inversión y este gasto lo puedes “activar”. Significa que lo puedes amortizar, es decir, que el gasto no lo computas de golpe, sino que lo haces a lo largo de un tiempo.
Es importante tener que claro que solo puedes hacerlo en aquellos bienes de inversión de más de 300 €.
Líneas de amortización
Como hemos visto, la amortización hace referencia a esta depreciación del material, pero existen tres motivaciones para recoger esta pérdida de valor.
De hecho, la amortización es la manera de cuantificar esta depreciación, ya sea:
- Física: por el paso del tiempo, se haya usado o no el bien
- Funcional: en función de la utilización del bien
- Económica: también llamada obsolescencia. En este caso la pérdida de valor viene de que surgen innovaciones que mejoran procesos y ese bien se vuelve obsoleto, anticuado, poco eficiente. Este es el caso de los bienes tecnológicos.
Por estas razones, se da la depreciación de los bienes y su pérdida de valor: la amortización.
Ejemplo de amortización de un bien como gasto deducible
Vamos a ver un ejemplo para que se entienda mejor.
Imagina que compras una máquina para tu fábrica de papelería al precio de 10.000 €, esta máquina se puede utilizar durante cinco años.
Por ello, se divide el precio de la máquina entre los años y obtienes que la máquina pierde cada año un valor 2.000 €, es decir se amortiza (deprecia).
Veamos ahora un ejemplo de su amortización fiscal como gasto deducible.
Ya sabemos que la has utilizado durante 5 años, pues ahora tienes que aplicar alguna de las formas que existen de amortizar los gastos, nosotros recomendamos la tabla de porcentajes.
Siguiendo esta línea compruebas que el porcentaje de amortización que le toca es el 12 % por ser una máquina.
Con estos datos ya sabes que te puedes deducir la amortización con la siguiente operación:
10.000 € x 12 y el resultado lo divides entre 100, el resultado son 1.200 €.
Este autónomo tendrá que optar entre el máximo que son esos 1200 y el mínimo que sale de aplicar según la tabla los 18 años (1200 x 18 % = 216) y como te puedes imaginar lo más habitual es optar por la amortización máxima, en este caso los 1200 € anuales.
Si tienes dudas con tu bien de inversión, te recomiendo que solicites información en una llamada gratuita con nuestros expertos que estarán encantados de atenderte sin compromiso.
