Renovarse o morir: esta es la filosofía de Raquel Blanco, una emprendedora que decidió romper con todo y vivir de lo que realmente le apasionaba.
Veamos cómo fue su camino hasta tomar la decisión de hacerse autónoma y crear Ingeniosa Mariposa.
La historia de Raquel comienza un día que parece como otro cualquiera, pero no lo es; porque es ese día en el que se reconoció a sí misma que algo no iba bien: no era feliz, se sentía apagada y con ganas de dar un cambio radical a su faceta laboral.
Reflexionó, miró hacia atrás y llegó a la conclusión de que debía dedicarse a lo que de verdad le llenaba: el arte.
En ese momento Raquel decidió comenzar a estudiar para lanzarse de lleno al arte y este fue el paso que poco después la llevaría a fundar Ingeniosa Mariposa.
En sus propias palabras, «fue una crisis que agradezco, porque a día de hoy hago lo que verdaderamente me gusta».
Tuvo que dedicar tiempo y esfuerzo y abandonar la seguridad que le ofrecía su trabajo como informática, al que había llegado porque su entorno la había empujado ahí.
Y los comienzos fueron difíciles, sí; pero del arte también se puede vivir. Raquel tenía un sueño, trabajó en él y lo cumplió.
¿Pero cómo fueron sus primeros pasos?
Raquel ya tenía la base, quería explotar su faceta artística. Fue entonces cuando se puso a investigar y descubrió que en otros países existía un tipo de negocio, llamado life casting, que podría funcionar en España.
El life casting consiste en hacer esculturas de las manos y pies de los recién nacidos para conservar como recuerdo de esa etapa tan especial.
Raquel comenzó con eso, pero como buena emprendedora, fue más allá, añadiendo réplicas de manos de enamorados, de parejas jóvenes o mayores, y de todo aquel que quisiera poseer un recuerdo tan original.
Desde ese comienzo, Raquel ya lleva más de 7 años viviendo de su negocio y haciendo lo que realmente le gusta.
Ella quería ser artista, no gestora fiscal
Una de las claves para poder llevar esta vida plena y libre que deseaba, era no tener que preocuparse de una de las partes más importantes —y también más complejas—de abrir un negocio: la parte contable y fiscal.
Raquel nunca había sido autónoma y los primeros meses iba de cabeza con todas las facturas y modelos de impuestos. Y no se trataba solo del tiempo que dejaba de dedicar a su negocio, sino que la falta de experiencia la llenaba de intranquilidad.
Contrató un gestor al que le pasaba sus facturas y que le decía la suma que tenía que pagar al terminar cada trimestre. Eso le dejaba poco margen de actuación, porque no tenía ninguna previsión, ni siquiera una estimación de cuánto dinero iba a tener que desembolsar.
Fue entonces, buscando alternativas, cuando descubrió las ventajas de la gestoría online y encontró Declarando, que le daba todo el control y la libertad que necesitaba para gestionar su negocio. Ahora, cada vez que añade una factura a la plataforma, puede saber cómo va afectarle al pago de impuestos en tiempo real.
Además, sabe en todo momento si un gasto es deducible o no lo es y qué impacto puede tener en su declaración de la renta.
Un punto clave para ahorrar y saber cuánto debe separar el mes que toque presentar los impuestos .
Ahora, Raquel no deja en manos ajenas las riendas de su negocio, sino que tiene una herramienta eficaz y un equipo humano que la asesora para que tome las mejores decisiones fiscales y financieras. Raquel tiene ahora el control absoluto de sus finanzas, mayor capacidad de ahorro y, sobre todo, más libertad.
En el vídeo, explica en primera persona cómo gracias a los consejos de Declarando lleva ahorrados más de 1000 € en impuestos.
¿Quieres saber más sobre esta nueva forma de gestionar tu negocio? Échale un ojo a nuestro artículo 10 diferencias clave entre la gestoría tradicional y la gestoría online.