Esto que os voy a decir igual no es muy popular, pero la afirmación generalizada de que “al autónomo se lo comen los impuestos” es una verdad a medias.
Cuando un autónomo hace bien las cosas, puede optimizar su fiscalidad mucho mejor que un trabajador. Esta es una de las ventajas de ser autónomo.
De hecho, de media un autónomo paga 4.000 € al año más en impuestos de los que debería porque no sabes cuales son los gastos deducibles para tu actividad.
Qué pasa si trabajas para otro
Cuando trabajas para una empresa con un contrato laboral, la empresa te paga una nómina. En esa nómina, te descuentan por un lado la Seguridad Social (y algunos otros conceptos) y por otro lado un IRPF. Esto es totalmente inamovible, esos porcentajes los regula la ley y no se pueden cambiar.
Luego, una vez al año haces tu declaración de la renta y si tenemos en cuenta sólo las nóminas, al trabajador le pagan o le devuelven una cantidad. Sin embargo, para reducir lo que va a tener que pagar en renta existen muy pocas deducciones aunque hay ciertas reducciones (un plan de pensiones, una hipoteca, tener hijos, etc…).
Qué pasa si eres autónomo
Sin embargo, en el caso de un autónomo, además de todas esas deducciones, puede tener en cuenta otros ejemplos de gastos deducibles admitidos por Hacienda.
¿Qué quiere decir esto? Pues que no solo como autónomo puedes deducir lo que pagas a la Seguridad Social como hace el trabajador, además podrás incluir una gran cantidad de gastos como una de las ventajas de ser trabajador por cuenta propia.
Esto es muy ambiguo, la normativa fiscal española es de las más complicadas de Europa y encima no para de cambiar volviendo locos a los autónomos.
No obstante, si eres capaz de aprovechar todo lo que te permite la ley, puedes incluir muchos, pero que muchos gastos que se notan en tu bolsillo a final de año.
Grandes ventajas de ser autónomo
Además existe una ventaja que resulta muy compleja jurídicamente, pero que puede ser muy beneficiosa para el autónomo: muchas veces se utilizan bienes o servicios también para la vida personal, no solo para el desarrollo de tu actividad económica.
¿Qué quiere decir esto? Pues que hay muchos gastos que tú tenías cuando trabajabas para una empresa (vinculados con tu vivienda, tu vehículo, tus desplazamientos, etc.), que vas a poder a empezar a deducirte parcialmente o en su totalidad.
Si consigues optimizar este cajón desastre de gastos, conseguirás un beneficio muy superior al que consigue un empleado.
Lógicamente, con el asesor virtual de Declarando, podrá conseguir esta optimización como si el mejor abogado fiscalista lo hiciera para ti.
Existen otras ventajas respecto a los trabajadores. Por ejemplo:
- Se pueden tener varios clientes que te permitirán subir la facturación
- Se puede negociar mejor el sueldo con una empresa a la que le prestamos servicio porque le estás ahorrando lo que se conoce como «Seguridad Social a cargo de la empresa» (aproximadamente un 33 % de tu nómina bruta) y una posible futura indemnización por despido
- Puedes regular lo que cotizas en la Seguridad Social para planificar tu futura pensión
Y por supuesto la ventaja principal de que no tienes que aguantar a ningún jefe :).