¿Qué autónomo no ha tenido problemas para mantener su negocio a flote por culpa de los pagos retrasados de sus clientes?
Para solucionar estas dificultades, existe el factoring, un instrumento financiero que te permite adelantar el cobro de tus facturas.
Según la Asociación Española de Factoring (AEF), en 2022 esta forma de financiación creció un 28,9%. ¡Ahí es nada!
Es cierto que la mayoría de sus beneficiarios son empresas, pero los autónomos no se quedan atrás.
Junto a las pymes, los autónomos son quienes más sufren los retrasos de sus clientes.
Por lo que el factoring resulta una herramienta recomendable para aliviar sus penas financieras.
¿Pero en qué consiste exactamente el factoring? ¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes? ¿Cómo funciona? ¿Y cómo afecta a la fiscalidad de los autónomos?
Sigue leyendo para encontrar la respuesta a estas y otras preguntas 👇
¿Qué es el factoring?
El factoring —o factoraje en castellano— es un instrumento de financiación a corto plazo que consiste en lo siguiente:
- Cedes las facturas que emites a tus clientes a una entidad financiera (denominada entidad o sociedad “factor”)
- La entidad financiera (un banco, por ejemplo) te adelanta los importes y se encarga de gestionar el cobro con tus clientes
- A cambio de este servicio, la entidad te retiene una comisión y unos intereses
Esto es, resumiendo, el factoring.
¿Un ejemplo? Venga, veamos uno panorámico, porque todavía tenemos que entrar en otros detalles.
María es una autónoma que se dedica a la consultoría de marketing y ha conseguido un contrato suculento de 10.000 € con una empresa importante del sector minorista.
Y, claro, como buena empresa importante, apura los plazos de pago a sus proveedores al máximo legal de 60 días.
Y María, como buena autónoma, no puede permitirse toda esa espera: tiene otros gastos que asumir, profesionales y personales, como el alquiler de la vivienda (donde trabaja), la luz, el agua, internet, el teléfono, la guardería de los niños… Y un no parar, vamos.
Así que María acude a una entidad financiera y decide contratar un servicio de factoring para cobrar la factura antes de la fecha de vencimiento.
A cambio, la entidad factora se quedará con una comisión del 3 % y asumirá el riesgo en caso de impago.
Total, que María, después de cumplir con su contrato, cobrará de manera anticipada 9.700 € de la factura (los 300 € restantes se los quedará la entidad factora en concepto de comisión).
Pues bien, en esto consiste grosso modo el factoring.
Pero faltan todavía otros detalles por esclarecer 🧐
Qué servicios incluye el factoring
Sigamos con el ejemplo de María. El factoring que ha contratado incluye los siguientes servicios:
- La gestión del cobro. La entidad factora se encarga de gestionar el cobro con el cliente, con lo que María se libera de esta tarea.
- Anticipo del importe de la factura. La entidad factora adelanta a María el importe de la factura cedida, lo que permite tener liquidez a corto plazo y poder asumir sus gastos.
- Seguimiento y seguro en caso de impago. La entidad no solo gestiona el cobro, sino que también asume el riesgo de impago (aunque esto, como veremos más adelante, no ocurre en todos los contratos de factoring).
Todos estos servicios suponen importantes ventajas para María.
Pero también incluyen algunas desventajas. ¡No siempre es oro todo lo que reluce!
Ventajas e inconvenientes del factoring
Empecemos por los beneficios. ¿Por qué María habrá contratado un factoring con una entidad financiera?
Las razones, es decir, las ventajas son las siguientes:
- Se asegura el cobro anticipado de la factura, por lo que logra liquidez (dinero en efectivo) a corto plazo
- Elimina el riesgo de impago, ya que la entidad factora asume ese riesgo
- Reduce el riesgo de insolvencia, uno de los mayores peligros para los autónomos
- Ahorra tiempo y recursos (y dolores de cabeza), al ceder la gestión del cobro a un tercero
- Permite a María planificar mejor sus finanzas e inversiones, al asegurarse el cobro de una factura por 10.000 € que, para un autónomo, no son moco de pavo
Los beneficios son tales que dan ganas de contratar un servicio de factoring ahora mismo, ¿verdad?
Pero antes también debes conocer sus desventajas para poder tomar una decisión equilibrada ⚖️
- No es gratis. María tiene que pagar una comisión por el servicio.
- La sociedad factora no cubre todas las operaciones: solo suelen “factorizar” empresas muy solventes y grandes, que son las que menos trabajan con autónomos como María 😔
- María pierde el control sobre la gestión de cobros y eso puede influir en la relación con sus clientes.
- El cliente de María puede percibir una imagen negativa sobre la viabilidad de su negocio, al haber contratado un servicio que está pensado para tener liquidez inmediata.
- Complejidad del proceso. El flujo de la operación no es sencillo: después de emitir la factura, María tiene que llevarla al banco y firmar algunos documentos. Además, algunos bancos se resisten incluso a ofrecérselo a los autónomos.
Como casi todo en la vida, el factoring tiene sus pros y sus contras. Es cuestión, por tanto, de partir de una buena información en primer lugar.
Y en esas estamos 🔍
Tipos de factoring
El factoring que ha contratado María es lo que se conoce como factoring sin recurso o sin garantía.
Es la modalidad más habitual, cerca del 85 % según la AEF.
Este tipo se caracteriza por lo siguiente: quien asume el riesgo de un posible impago es la entidad factora.
Y María, a cambio de una comisión (del 3 %, aunque puede ser otro porcentaje), recibe el cobro.
La otra modalidad se conoce como factoring con recurso o con garantía.
Es una opción que podría haber contratado María. Pero de haberlo hecho, la entidad factora no habría asumido el riesgo de impago.
¿Y quién lo habría hecho, entonces? Pues María.
De hecho, se conoce como factoring con recurso o garantía porque, de haber contratado esta modalidad, María debería haber aportado avales y garantías que cubrieran un posible impago.
Debemos añadir, a este respecto, que es poco frecuente que una entidad factora conceda un factoring con recurso a un autónomo.
Sería una quimera, vamos.
Otros tipos de factoring
Aparte de las modalidades mencionadas antes, la AEF distingue otros dos tipos de factoring:
- El factoring con notificación. María (o la entidad factora) informa (notifica) a su cliente que el cobro de la factura lo gestionará un tercero.
- El factoring sin notificación. El cliente de María no sabe nada del factoring y abona la factura directamente a María, quien luego deberá pagarla a la entidad factora.
El Banco de España, por su parte, distingue otros tipos de factoring:
- El factoring doméstico, que es el que se realiza en un mismo país (es el caso de María)
- El factoring de exportación, que tendría lugar si el cliente de María fuera una empresa con residencia en un país extranjero
- El factoring de importación, pensado para empresas con filiales en el extranjero
- El factoring global o corporativo, más propio de empresas que, además de los cobros de sus clientes, también ceden el pago a los proveedores y las nóminas de sus empleados
Finalmente, existe un producto parecido, pero radicalmente opuesto, que conviene no confundir.
Véamoslo en un momento 🧐
Diferencia entre factoring y confirming
El confirming es una herramienta financiera como el factoring, pero pensada para pagar a proveedores.
Por seguir con nuestro ejemplo, María contrata el factoring para asegurar el cobro de su factura.
Y el confirming, de necesitarlo, lo contrata para garantizar el pago a sus proveedores.
Subrayamos “de necesitarlo”, porque, según informa el Banco de España, el confirming es más común entre empresas que trabajan con muchos proveedores.
Y puede que ese no sea el caso de un autónomo como María.
Cómo funciona el factoring (con un ejemplo)
Hablando de María, retomemos su ejemplo.
Nuestra consultora de marketing ha seguido los siguientes pasos:
- Como “cedente”, María ha tenido que firmar un contrato de factoring con el banco, la entidad factora.
- En el contrato se establece un límite global de financiación y unos límites por cada uno de los deudores (los clientes o, en el caso de María, su cliente).
- Una vez firmado el contrato, María remite la factura por vía electrónica o en físico y el banco se la abona según las condiciones pactadas.
- Esas condiciones suelen consistir en una comisión por deuda. En el caso de María, del 3 %.
- A partir de aquí, el banco gestiona el cobro con el cliente y asume el riesgo, ya que han firmado un contrato de factoring sin recurso.
¿Qué más debes saber? Toma nota de estas aclaraciones del Banco de España ✍️
- La entidad factora no aceptará cualquier deudor (o cliente). Analizará, en primer lugar, su solvencia antes de anticipar ningún pago.
- Los deudores más apreciados por las entidades factoras son las grandes empresas y la Administración pública (los menos frecuentes entre los autónomos, por cierto 😬)
Cómo afecta el factoring a tu fiscalidad
La fiscalidad de los contratos de factoring es muy peculiar.
Pero no te preocupes: no queremos abrumarte con legislación fiscal ni otros quebraderos de cabeza que una asesoría fiscal como Declarando te puede resolver fácilmente.
Lo más importante que debes conocer es esto:
- A la anticipación de los fondos, es decir, al importe de las facturas que la entidad factora te adelanta, no se le aplica el IVA.
- Pero el resto de servicios, como las comisiones, no lo están
¿Qué implica todo esto por lo que hace a tus obligaciones fiscales?
Pues mira:
- Debes liquidar el IVA de las facturas presentando el modelo 303 y contabilizarlas en tu registro de gastos.
- Las comisiones son un gasto deducible para ti. Por un lado, puedes recuperar el IVA con el modelo 303 (en el apartado de IVA deducible) y, por el otro, puedes deducir la comisión en tu declaración de la renta.
Te recordamos que, para que un gasto sea deducible, debe estar justificado y registrado en tu contabilidad.
Por justificado debes entender una factura, que es la que te emitirá la entidad factora para cobrarte las comisiones.
Y por lo que hace a tu obligación contable, con registrarla en tu libro de gastos, con todos los datos que aparece en la factura, ya habrás cumplido 💪
Esto puede parecer complicado, pero es fácil de resolver: solo tienes que hacerte con un software de gestión para autónomos que te permita, entre otras cosas, registrar los gastos de tu actividad y presentar tus impuestos.
¿Tienes dudas sobre el factoring y su fiscalidad? Solicita ahora una llamada gratuita y uno de nuestros expertos fiscales te resolverá todas tus inquietudes 🤗