Artículo escrito por expertos

Consejos al pedir financiación para autónomos

Seamos sinceros, ser autónomo no es moco de pavo. Muchas veces los imprevistos o la necesidad de inversión en vehículos, nuevas tecnologías, etc hacen que necesites un extra de liquidez.

Aquí es donde entra en juego la financiación externa. Muchas veces por parte de entidades financieras o bancos y otras mediante instituciones.

Para ello, Juanjo Traver, experto economista y socio fundador de Declarando, nos ha contado los consejos más útiles para solicitar financiación a las entidades financieras e ir a por todas con tu negocio. 

Analiza tu situación financiera actual

El primer paso hacia el éxito es ser consciente de tu situación actual. Es importante tener en cuenta todo el recorrido que ya llevas hecho y, para ello, Juanjo explica que necesitas analizar 3 aspectos en particular. 

1. Deudas en el CIRBE

Para pedir un préstamo y no morir en el intento, necesitas tener claras tus deudas; así puedes enfrentarte a tu banco con conocimiento de causa. Ahí aparece el CIRBE, un organismo público donde los bancos añaden la información sobre tus deudas.

De esta forma, puedes ver qué préstamos o créditos de tarjetas tienes, antes de presentarte en el banco. Es algo que mirarán (casi con total seguridad) por lo que cuando te pregunten sobre tus deudas, estás obligado a decir la verdad. 

Las únicas deudas que no aparecen detalladas en el CIRBE son aquellas generadas en un mismo banco con una suma inferior a 9.000 €.

Lo que tampoco indica el CIRBE es la cuota que pagas cada mes, cosa que te preguntará el banco. El CIRBE sólo indica los plazos orientativos, puedes verlos aquí en los códigos L. 

2. No aparecer en ficheros de morosos

Verifica que no apareces en los ficheros más generales de morosos. 

Y sí, no es tan raro que te incluyan y lo desconozcas. Si apareces ahí, pero el importe es pequeño y puedes argumentarlo, quizá no tengas problemas; en caso contrario, podría dificultar mucho que te den la financiación. 

Por eso, es recomendable ir preparado teniendo toda la información, para adelantarte a todas esas posibles preguntas que puedan hacerte.

3. Tener capacidad de repago

La capacidad de repago sirve para ver si tienes la solvencia económica necesaria para devolver el dinero que te prestan. 

Este cálculo, muy sencillo, lo hará tu banco también, así que, una vez más, te recomendamos que te adelantes. Hazlo tú primero.

Suma tus cuotas de préstamos y tarjetas (cuando son de tarjetas de una cuota fija todos los meses), y dividirlo entre tus ingresos mensuales promedio. Luego multiplicas por 100 para sacar porcentaje. Si el resultado es superior al 40 %, tendrás difícil conseguir un préstamo.

Como hemos visto antes, según cómo aparezcas en el CIRBE, puedes edulcorar —que no es lo mismo que mentir, ojo— un poco la cifra de cuotas que pagas al mes e insinuar que es un poco más baja que la realidad. 

Por ejemplo, si la cuota de tu préstamo es de 250 € al mes, puedes redondear a la baja sin problema, siempre que no te pidan los recibos que pagas. Si te piden los recibos, y alguno de los préstamos no figura en el CIRBE, puedes no entregarles ese recibo.

Lo normal es que te puedan dar financiación si la cuota mensual nueva añadida a todas las que ya tienes supone un ratio pagos/ingresos máximo del 40 %.

Haz los números para averiguar qué importe podrías llegar a pedir y el plazo de devolución. Te recomendamos que hagas una simulación en una calculadora de préstamos bancarios y que pruebes con diferentes importes y plazos. 

También es importante que sepas que en préstamos de consumo (que no tienen nada que ver con los préstamos hipotecarios) el plazo máximo de devolución suele oscilar entre 2 y 6 años, y en raras ocasiones llega hasta los 10 años.

Por lo que a la hora de hacer los cálculos, es más realista que te muevas entre 2 y 6 años si tu negocio no tiene muchísima solvencia.

Que tu negocio tenga suficiente antigüedad

La antigüedad del negocio, si eres autónomo, se refleja en tu alta en Hacienda. Es posible que el banco no te pida este documento, en dicho caso, puedes exagerar un poco. Cuanta más antigüedad, mejor. 

Ponte en la piel del banco, si el 80 % de los negocios mueren antes del primer año, difícil lo tendrás si son tus primeros pasos en el mercado.

Cuando acabas de arrancar, lo más probable es que te pidan aval de otra persona además del tuyo (siendo autónomo, por defecto, estás avalando con tu patrimonio). 

Cuidado con esto porque un aval es algo muy serio. Siempre que puedas evitarlo, no lo aceptes, hacer perder bienes a personas ajenas no es algo trivial. Es mejor reducir el importe de la financiación si con ello dejan de exigirte este aval. 

Tu relación con los bancos 

Las decisiones sobre la concesión de un crédito, no solo dependen de tu solvencia económica (capacidad de repago), si no, también de tu vinculación con el banco. 

Vinculación son muchas cosas. Veámoslo.

Vinculación con tu banco

Cuando hablamos de vinculación con el banco, nos referimos a acciones como recibir tus ingresos en el banco, pagar a tus proveedores, tener algún seguro con ellos, tener las cuentas personales ahí, tarjetas, hipoteca y así hasta el infinito. 

Sí, tu vinculación y fidelidad, para el banco, supone mayor rentabilidad. Por esa razón, no eres igual de rentable si no llevas a cabo estas prácticas que si contratas un seguro con ellos, por ejemplo, y esto lo tienen en cuenta.

Cuando tu vinculación es muy baja pero tienes historial con el banco, no es muy difícil que te concedan la financiación si tienes capacidad de repago, pero siempre te van a pedir que te vincules más: que contrates un seguro, que lleves los ingresos ahí, etc.. 

Es posible que puedas evitarlo, pero, a veces, ceder un poco hace que tu relación con tu gestor mejore indirectamente (hoy por ti, mañana por mí).

Al final, para el banco, eres un número. Debes ser rentable, cuanto más mejor. Y si no les generas rentabilidad, menos dispuestos a arriesgar su dinero contigo estarán.

Tener más de un banco 

Cuando empiezas a trabajar con un banco por primera vez, es muy difícil que te concedan un préstamo. 

Por eso lo más recomendable es que cuando inicias un negocio, por pequeño que sea, trabajes con varios bancos. 

Piensa que tu cuenta personal no funciona como una de las cuentas del negocio, (aunque sea en el mismo banco) porque sois entes distintos. Deberás crearte otra cuenta específica para las operaciones relacionadas con tu negocio.

Es mejor pagar alguna comisión de más y tener buena relación con dos bancos, que tener solo uno. Pero recuerda fraguar esa vinculación con ellos.

Cuanto más grande sea la empresa o más factures, incluso tener tres o cuatro es una buena opción (siempre que ya tengas a alguien que se ocupe de manera mínimamente profesional de tus finanzas, si no, máximo tres).

Financiación en bancos online vs oficina física

Los bancos con servicio exclusivo online, son bancos con los que difícilmente tendrás una relación. 

Son muy útiles para gestiones de poco valor añadido (transferencias gratuitas), pero poco útiles para todo lo relacionado con la financiación, ya que conceden créditos solo usando algoritmos y la relación personal no tiene ninguna relevancia. 

Esto puede ser bueno si tu negocio “parece” que va bien para el algoritmo, pero generalmente, hace falta el trato de tú a tú con la persona que te asesora para resolver dudas, llegar a acuerdos..

Los bancos con oficinas, aunque cada día hay menos, seguirán existiendo mucho tiempo para gestiones empresariales. Será lo último que automaticen los algoritmos porque las empresas son mucho más rentables para un banco que los particulares.

A la hora de elegir oficina física, te recomendamos que cuanto más grande sea, mejor.

Es importante que tenga un volumen grande de clientes y dinero gestionado. Sí, esto es complicado de saber, pero puedes fijarte en el número de empleados. Es una buena forma de intuirlo. 

Aunque seas una parte pequeña del grueso de clientes, tu relación será con un gestor con el que sí podrás tener un buen vínculo. 

La ventaja de que sea grande es que el poder de decisión de los directores de la oficina es mayor y no tienen porqué pedir permiso a sedes centrales, por lo que puedes conseguir la financiación de forma más directa. 

En oficinas de cierto tamaño, estas atribuciones (el dinero que pueden ofrecer sin pasar por central) son de varias decenas de miles de euros.

Negociar con los bancos antes de elegir financiación

Si tienes tres bancos sobre los que elegir, pide la financiación en todos y cada uno de ellos. Si los tres te la conceden, siempre puedes usar la mejor oferta para que otro te la mejore y así sucesivamente

Siempre podrán mejorarla aunque sea mínimamente. Quizá no el tipo de interés, pero sí el plazo de devolución, o las comisiones de apertura, o quizá puedas evitar la firma ante notario y con ello ahorrarte esa factura.

Intenta negociar la mejor opción, algo podrás sacar y no pierdes nada por intentarlo.

Una mano pidiendo financiación para autónomos

Elegir entre un préstamo o un crédito

Aunque hay muchos tipos de financiación para un negocio, los préstamos y los créditos son los principales. Las tarjetas de crédito o los microcréditos son la peor solución.

El préstamo es lo mejor para comprar un activo que usarás durante años (coche, muebles, ordenador, maquinaria, web, etc.) y el crédito es útil para tener liquidez para compras que generan rentabilidad a corto plazo (mercancías, financiación a clientes, etc). 

Los préstamos se devuelven cuota a cuota durante periodos que suelen ir de 2 a 6 años. En cambio, los créditos suelen ofrecerse para un periodo de un año, y te dan un límite máximo a utilizar. 

Además, los créditos los usas cuando los necesitas y puedes devolverlos cuando quieras. Sólo pagas intereses por el dinero que utilizas teniendo en cuenta el tiempo que lo utilizas. 

Pero cuidado, porque los créditos, depende de en qué situación, pueden ser un arma de doble filo. Te explico mejor con un ejemplo. 

Te adjudican un límite de 10.000 € y el primer mes gastas 5.000 €, el segundo mes devuelves 3.000 € (tienes 2.000 € aún del crédito), el tercer mes devuelves 2.000 € (no te queda nada y pagas muy pocos intereses), el mes 11 dispones 6.000 €. 

Bien, pues cuando acaba el año, tienes que devolver los 6.000 €, lo último que habías consumido, y dejas de tener disponibles los 10.000 €, porque se ha acabado el periodo donde puedes disponer del dinero.

¿Qué ocurre algunas veces con el crédito? 

Te fijan 10.000 € de límite y al cabo de 6 meses los has dispuesto enteros. Pensabas que al cabo de 12 meses tu negocio iría mucho mejor de lo que va, y habrías devuelto esos 10.000 €, pero no es así, y no puedes devolverlos. 

Llega el mes 12, y el banco te pide que se los devuelvas. No puedes. Houston tenemos un problema. 

Lo normal, es que el banco te permita convertir esos 10.000 € en un préstamo, y que los devuelvas en 12 meses por ejemplo, cuota a cuota, pero podría darse el caso que no lo admitiera y te reclamara los 10.000 € de golpe. 

Si no los pagas, a los 3 meses suelen comunicar esa deuda a los ficheros de morosos, e iniciar procedimientos de reclamación judicial. Estos procesos van rápido y podrías terminar con tus cuentas embargadas en pocos meses. 

En resumen, el crédito bien utilizado hace que gastes menos en intereses, pero tienes que tener claro el porqué de su uso y funcionamiento para no cometer errores que empeoren tu situación.

Hacer un plan de negocio directo 

Hay personas que deciden ir al banco con un plan de negocio cuando piden la financiación, bien, pues vayamos al grano; hazlo corto.

No hay ningún banco que se vaya a leer 50 páginas de un maravilloso plan financiero que te haya hecho un consultor, o tú mismo.

Los planes financieros son útiles para financiación gubernamental (préstamos ICO, ENISA, etc), pero poco relevantes para una oficina bancaria.

El analista de riesgo va a mirar tu pasado (tus ingresos y gastos y tus ratios de capacidad de repago) y querrá entender tu negocio y creerse que es viable.

Es decir, si preparas un informe de unas pocas páginas (menos de 5), explicando claramente por qué tu negocio va a funcionar como un cohete (sí, exagera) y cómo va a ser tu evolución de ingresos y gastos futura, es más que suficiente.

No es fácil condensar la información necesaria para ganarte al analista de riesgos en 2 o 3 páginas. Si no eres experto, mejor busca ayuda (en Declarando podemos ayudarte).

Luego véndele el proyecto a tu gestor, que será el encargado de encandilar al analista de riesgos. Para venderlo bien es importante mantener una buena relación personal, y esto excede con creces la finalidad de este post.

En resumen, lo más importante es que tu banco tenga seguridad en ti y en tu negocio, y para ello necesitas: generar una buena relación, negociar una oportunidad ventajosa y asegurarte primero de tener tu negocio en buena posición.

Ya sabes que si necesitas ayuda, solo tienes que solicitar una llamada gratuita de asesoramiento y nuestro equipo de expertos se encarga de ayudarte sin compromiso.

Juanjo Traver
Autor:
Juanjo Traver
Juanjo es cofundador y CRO de Declarando, la asesoría fiscal que ya ha ayudado a más de 100.000 autónomos a ahorrar 50 millones de euros. Adicto a las listas, los números y los datos, en todas sus formas.