Hablar de impuesto diferido significa hablar de empresas y de impuesto de sociedades.
Por normativa fiscal y contable, sólo las empresas tienen esa opción, es decir, la de aplazar (diferir) el pago de un impuesto.
Aun así, el pago diferido de los impuestos también está al alcance de los autónomos.
No por normativa (lo que no quiere decir que sea ilegal), sino como estrategia para pagar menos impuestos de golpe.
Te explicamos a continuación en qué consiste el impuesto diferido y, finalmente, cómo afecta a los autónomos 👇
¿Qué es el impuesto diferido?
El impuesto diferido es un concepto utilizado en la contabilidad y fiscalidad de las empresas.
Se usa para referirse a la diferencia entre el impuesto corriente —el que se paga en el ejercicio actual— y el impuesto que se pagará o se recuperará en el futuro.
Dicho de otra manera, se trata del impuesto que se aplaza o se paga por adelantado debido a las diferencias temporales (o temporarias, en el argot contable) entre:
- Cómo se registran los ingresos y los gastos en la contabilidad de una empresa
- Y cómo se gravan según el impuesto de sociedades (o IS), que es el impuesto que se puede diferir
Por usar un ejemplo muy sencillo: tu empresa registra un ingreso en la contabilidad de este año, pero fiscalmente este ingreso lo declara al siguiente.
Pues bien, esto crea lo que se denomina diferencia temporal y puede generar un aplazamiento del impuesto a pagar o un anticipo del impuesto a recuperar en el futuro.
Tipos de impuestos diferidos
La normativa del plan general de contabilidad (o PGC) en España distingue entre activos por impuesto diferido y pasivos por impuesto diferido.
Por activo se entiende un elemento que permite el funcionamiento de tu negocio. Por ejemplo, maquinaria para producir o vehículos para trabajar.
El pasivo son deudas y obligaciones que contraes para financiar el activo. Por ejemplo, un crédito bancario para comprar maquinaria o vehículos.
Para entender cómo se relacionan estos dos conceptos contables y el impuesto diferido, te hablaremos de una empresa ficticia llamada Hermanos Pérez S.L.
Pasivos por impuesto diferido
Hermanos Pérez S.L. adquiere un activo (por ejemplo, una maquinaria) por 10.000 €.
Este activo se depreciará durante 5 años según las normas contables, pero fiscalmente puede aplicar una amortización acelerada en 1 año.
Esto crea una diferencia temporal, por lo que Hermanos Pérez S.L. tendrá que pagar más impuestos en el futuro.
Por lo tanto, en Hermanos Pérez S.L. deberán registrar un pasivo por impuesto diferido de X euros (la cantidad exacta dependerá del tipo impositivo y otros factores) para reflejar esta obligación fiscal futura.
Activos por impuesto diferido
Ahora resulta que Hermanos Pérez S.L. tiene pérdidas fiscales en el ejercicio actual debido a una caída en las ventas.
Estas pérdidas fiscales pueden ser compensadas con ganancias fiscales en el futuro.
En este caso, Hermanos Pérez S.L. puede utilizar esas pérdidas fiscales para reducir su carga tributaria futura (es decir, lo que pagará de impuestos).
Por lo que deberá registrar un activo por impuesto diferido para reflejar el beneficio fiscal futuro esperado.
Cálculo de impuestos diferidos
El impuesto diferido se calcula, en línea con todo lo que te hemos explicado hasta aquí, a partir de las diferencias temporales que existen entre la normativa contable y la fiscal.
Para calcular el impuesto diferido, debes tener en cuenta los siguientes 6 pasos:
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- Determinar el resultado contable antes de impuestos. Lo obtienes de los registros contables de la empresa y supone el beneficio o pérdida antes de aplicar el impuesto sobre sociedades.
- Identificar las diferencias temporales, es decir, la diferencia entre el valor contable y el valor fiscal. Estas diferencias pueden tener un impacto en lo que pagues de impuestos en el futuro.
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- Calcular la base imponible. Se determina sumando o restando las diferencias temporarias identificadas en el paso anterior al resultado contable antes de impuestos.
- Aplicar el tipo de impuesto. Es el porcentaje establecido por la ley del impuesto de sociedades (25 %) y debes aplicarlo sobre la base imponible para determinar la cuota íntegra o tributaria del impuesto.
- Restar las deducciones y bonificaciones fiscales. Así obtendrás la cuota líquida del impuesto, es decir, la cantidad a pagar.
- Restar las retenciones y pagos a cuenta. Debes tener en cuenta los realizados durante el ejercicio fiscal para obtener la cuota diferencial, es decir, la cantidad final a pagar o a devolver.
Es un cálculo complejo, ya que estamos hablando de la contabilidad y fiscalidad de una empresa.
Y estas son más complicadas que las de un autónomo.
¿Y cómo afecta el impuesto diferido a los autónomos?
El impuesto diferido está regulado exclusivamente para las empresas, por el hecho de que son las únicas obligadas a tributar por el IS.
Los autónomos tributan su actividad por el IRPF, el impuesto sobre la renta de las personas físicas.
Por lo que no pueden diferir el impuesto.
Aun así, es común hablar de diferir el pago del IRPF en otro contexto.
Por ejemplo, cuando hablamos de planes de pensiones de empleo para autónomos.
Al jubilarse, un autónomo tiene dos opciones:
- Capitalizar (es decir, cobrar) de una vez todo su plan de pensiones
- Cobrarlo de manera gradual
La primera opción te obligará a pagar un porcentaje de IRPF mayor.
El motivo es así de obvio: si has capitalizado un plan por valor de 85.000 €, deberás pagar más IRPF que si optas por la segunda opción.
La segunda opción te permite ir beneficiándote de tu plan de manera progresiva: lo cobras poco a poco, en lugar de hacerlo en una tacada.
Y como el IRPF se paga cada año y es un tributo progresivo (cobras más, pagas más), al recibir menos cantidad en un año, el porcentaje a pagar será menor.
A esto se llama diferir el pago de un impuesto. Y es una estrategia fiscal que los autónomos (y no solo los autónomos) pueden usar para pagar menos IRPF al jubilarse.
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