Artículo escrito por expertos

Formas jurídicas de una empresa: elige la que más se adapte a tu negocio

Si estás pensando en montar una empresa, déjanos decirte que existen varias formas jurídicas de constitución (y que mucha suerte en tu nueva andadura, eso también 💪).

Cada una de estas formas jurídicas está destinada a adaptarse mejor a un tipo de proyecto empresarial y por eso, es importante conocer las particularidades de cada una.

Veámos qué es la forma jurídica de la empresa y qué tipos hay en España.

Qué es la forma jurídica de una empresa

La forma jurídica de una empresa es la modalidad legal que adquiere esa organización frente al estado. 
 

Dependiendo de la forma jurídica que decidas para tu empresa, vas a tener que cumplir con una serie de obligaciones fiscales y tributarias u otras.

Es decir, las responsabilidades con la Seguridad Social y con el Estado, están definidas por tu tipo de empresa.

Por eso, es muy importante que te tomes el tiempo que necesites para elegir el tipo de empresa que se ajuste a tus expectativas y necesidades. 

Porque no es una decisión que tomar a la ligera y porque ya te va a acompañar durante toda tu andadura.

Qué formas jurídicas puede tener una empresa

Igual llegados a aquí te preguntas: ¿y cómo sé que tipo de empresa es la mejor?

Lo primero que debes hacer es responder a unas preguntas básicas que te ayudarán a saber cuál de las formas jurídicas de una empresa se adapta mejor a tus necesidades:

  • ¿Cuántos socios vais a ser?
  • ¿Todos queréis asumir el mismo tipo de responsabilidad?
  • ¿Qué capital social vais a aportar cada uno? 
  • ¿Vais a responder con todo vuestro patrimonio a las deudas?
  • ¿Contabilidad fácil o más complicada?

Veamos cada una de las opciones y así la respuesta igual es más sencilla.

Autónomo

Esta es la figura jurídica que más se va a adaptar a ti si quieres ofrecer productos y servicios por tu cuenta.

Y es que un autónomo es un profesional por cuenta propia que ofrece sus productos o servicios a un tercero directamente. 

Para lograrlo necesitas darte de alta en el IAE (Impuesto de Actividades Económicas), pagar una mensualidad a la Seguridad Social y tributar en el IRPF.

También es importante mencionar que como autónomo respondes con todo tu patrimonio personal en caso de deudas.

Aun así, ya te adelantamos que esta es la modalidad más fácil de constituir. Si a eso le sumas que en Declarando somos expertos en la fiscalidad de los autónomos, no tienes de qué preocuparte.

Si quieres más información sobre cómo darte de alta como autónomo, puedes solicitar una llamada gratuita de asesoramiento y nuestro equipo de expertos se encarga de llamarte sin compromiso.

Para que puedas investigar un poco más sobre el alta por tu cuenta, te dejamos por aquí nuestra guía experta sobre cómo darse de alta como autónomo.

Sociedad Limitada

La Sociedad Limitada es la figura jurídica de una empresa en la que la responsabilidad se divide en el aporte de cada socio. 

Por tanto, esta será una de las opciones a las que puedes optar si quieres constituir tu empresa con alguien más.

Cada uno de vosotros solo responderá con lo que haya aportado e invertido a la sociedad.

El capital social mínimo es de 3.000 € y puede dividirse en diferentes participaciones. 

Por otro lado, en el área tributaria, la sociedad limitada tributa por un impuesto diferente: el Impuesto de Sociedades

Este tipo de forma jurídica se aconseja a pequeñas y medianas empresas en las que sus socios están implicados en el proyecto empresarial con ánimo de permanecer en el tiempo.

autónomos en una mesa mirando las diferentes formas jurídicas de una empresa

Cooperativa

Este tipo de empresa es bastante particular porque los socios son, además de fundadores, trabajadores de la empresa. 

También es importante que sepas que existen dos tipos de cooperativas: las que requieren de 3 socios y las que vienen de hacer una fusión de empresas. 

No se necesita un capital mínimo para fundar una sociedad cooperativa, aunque los socios pueden fijarlo en los estatutos. 

La responsabilidad de cada socio va relacionada con el capital que cada uno ha aportado a la compañía.

Y sí, la cooperativa, como la sociedad limitada, también tributa por el Impuesto de Sociedades.

Sociedad Civil

La Sociedad Civil requiere que te hagas autónomo y que te agrupes con otro autónomo en una sola forma jurídica. 

Para esto o bien firmáis un contrato de colaboración o bien compráis un NIF societario, aunque en este caso se haría el proceso ante un notario y tributaríais por el Impuesto de Sociedades. 

Las Sociedades civiles tributan en el Impuesto sobre Sociedades cuando tienen un objeto mercantil.

Si mejor decides irte por la primera alternativa, cada socio tendréis que hacer una declaración de IRPF. Así que es una figura bastante flexible.

Sociedad Anónima

Aquí los socios responden dependiendo del capital que hayan aportado, pero el capital social mínimo es de 60.000 €.

Es decir, si te decantas por esta opción, ten en cuenta que el desembolso inicial es más elevado que en el resto de formas jurídicas.

Sobre la fiscalidad y la tributación, este dinero que aunáis puede dividirse en acciones y la tributación también se rige mediante el Impuesto de Sociedades.

Además, la sociedad anónima (S.A.) debe tener una serie de órganos internos divididos en: junta de accionistas, consejo de vigilancia y administradores, entre otros.

Todos los cargos deben aparecer en la llamada hoja de balance. Un documento donde se determina esta serie de decisiones. 

La Sociedad Anónima es una forma jurídica más dirigida a grandes empresas que necesitan movilizar importantes sumas de capital para desarrollar sus proyectos y en las que no importa tanto quienes sean los accionistas.

Comunidad de Bienes

La comunidad de bienes es un contrato privado entre dos o más autónomos que buscan lanzar un proyecto empresarial en común. 

Si te decides por esta opción, es importante que sepas que como comunero, mantienes tu condición de trabajador por cuenta propia.

Una vez decidido, es importante que ya desde el principio se especifique cuál es la actividad del proyecto y el porcentaje de participación de cada socio. 

También es necesario mostrar el aporte de cada uno a la comunidad, el sistema de administración y los elementos comunes de la empresa en ese momento.

Para diferenciar qué forma parte de la comunidad y qué no y establecer límites.

Como siempre decimos, elegir entre las formas jurídicas de una empresa es una decisión muy personal que depende de las necesidades de tu proyecto y la situación económica y particular que tengas en este momento.

Mucha suerte y ánimo en tu nueva andadura 🙌

Mónica Serra
Autor:
Mónica Serra
Mónica lidera el equipo jurídico de Declarando, la asesoría fiscal que ya ha ayudado a más de 100.000 autónomos. Disfruta usando sus conocimientos fiscales para ayudar al máximo a la comunidad autónoma, haciendo deporte y leyendo un buen libro en la playa.