6 cosas raras que haces cuando trabajas desde casa

Ya sabes que Declarando es un software para autónomos que te ayuda a optimizar su contabilidad y a presentar tus impuestos.

O dicho de otra manera, un programa para que pierdas menos tiempo con la gestión administrativa de tu negocio y le pagues cada año menos dinero a Hacienda.

Lo que no sabes es que somos una plataforma solo para autónomos, en la que una gran parte del equipo somos también trabajadores autónomos.

La principal razón por la que estamos en este régimen laboral es porque somos una empresa que trabajamos con libertad de movimientos.

Es decir, podemos elegir ir a la oficina, quedarnos en casa o irnos a trabajar a Filipinas (justo donde me encuentro ahora escribiendo este artículo).

Al trabajar en remoto, pasamos muchas horas solos delante del ordenador. Y la mayoría de esas horas, transcurren en el confort de nuestras casas. Es la manera perfecta de trabajar para tener la máxima conciliación laboral y para sacar más partido de tu tiempo libre. 

Si tú también eres una parte del millón de españoles que puede trabajar con pantuflas sabrás que tiene muchas cosas positivas.

No pierdes tiempo en desplazamientos al trabajo (no hay nada peor que empezar el día con atascos), puedes irte al gimnasio a mitad de la mañana si estás estresado y puedes recoger en persona todas las compras que haces en Amazon.

Hay muchos trabajos en remoto para autónomos y es una maravilla, pero seamos sinceros, también tienen cosas negativas. Lo peor es que pasas tanto tiempo solo, empiezas a hacer cosas raras. Las 6 que me han pasado a mí desde que trabajo tanto desde casa, son estas:

1. Hablas contigo mismo

Una de las cosas que más hacemos los autónomos que trabajamos desde casa es hablar solos. Yo me he encontrado muchas veces comentando un correo en voz alta y reproduciendo una conversación con un cliente.

Supongo que es una necesidad humana, cuando llevas mucho rato sin decir nada en voz alta, tu cuerpo te lo pide. Y si crees que es algo muy sencillo, tienes que probar un experimento llamado «24 horas de voto de silencio».

Como su nombre indica, consiste en elegir un día de tu vida y pasártelo sin decir ni una sola palabra ni sonido en voz alta.

Créeme, yo lo he probado y te genera un estado de ansiedad increíble. No veas el día siguiente las ganas que tienes de contarle tonterías a todo el mundo que esté dispuesto a prestarte su oreja.

En mi caso, cuando acabo estando varios días seguidos trabajando en la mesa de la cocina y sin ver a nadie, también me descubro cantando en voz alta. Cuando las canciones empiezan a ser de dudosa calidad, sabes que ha llegado la hora de irte a trabajar a una cafetería o de unirte a un coworking.

 2. Aprendes a cocinar

Cuando decides dejar de trabajar para otros y hacerte autónomo, sueles empezar trabajando en casa. Las primeras semanas, sobrevives a base de pasta y bocadillos.

Pero cuando pasas muchas horas delante del ordenador, descubres nuevas aficiones que pensabas que no iban contigo. Una de ellas es cocinar, al fin y al cabo es la habitación que tienes más cerca.

Puede ser un ejercicio de relajación o una manera de procrastinar, pero cuando pasas mucho tiempo en casa, acabas aficionándote a los experimentos.

Una cosa que noté es que me hice mucho más productivo. De vez en cuando es bueno hacer una pausa entre tareas. Aunque sea para consultar una receta o cortar las cebollas.

Yo aplico un método de productividad que se llama la técnica Pomodoro. Consiste en estar 25 minutos de reloj concentrado haciendo una única tarea y luego descansar 5 minutos. El objetivo es compartimentar muy bien las tareas y esforzarte para acabarlas en un tiempo definido.

No hace falta que te diga que esos 5 minutos entre tarea y tarea me van de perlas para adelantar la comida.

Además, otra cosas a la que ayuda la cocina es a inspirarte en cosas laborales. Ese punto de creatividad que se necesita en la cocina te puede traer muchas ideas cuando te quedas atascado en algo del trabajo.

3. Conoces a tu cartero

Cuando eres un empleado por cuenta ajena tienes la sensación de que el correo crece en tu buzón. Por más que lo vacías, siempre lo tienes hasta arriba de cartas.

Pues déjame que diga una cosa, no se llena solo. Tal y como pasa en las películas, todos los días a la misma hora tienes al mismo cartero en tu puerta.

Y al igual que en Hollywood, acabas por hacerte amigo suyo. Un día tienes una charla tonta, al otro se ríe de tu firma y cuando te das cuenta se ha convertido en el único contacto humano que tienes en toda la mañana.

Además, cuando trabajas desde casa, el cartero sabe todos tus secretos, así que más te vale tenerlo contento…

4. Cambias la decoración de la casa 1000 veces

Cuando te pasas tantas horas en casa como yo, hay pequeñas cosas de decoración que empiezan a molestarte. De manera compulsiva, empiezas a pensar en organizar los libros, o mover la mesa o reposicionar el sofá.

Lo mayor es ser sincero con uno mismo, no es un ejercicio de feng shui, es una forma de distracción. La mejor manera de entretenerte pensando que estás hacienda algo de utilidad.

No obstante, el resultado de esa nueva afición por el rediseño puede traer cosas muy buenas a tu negocio. Diversos estudios demuestran que la productiva de los trabajadores aumenta cuando cambian de entorno laboral. Por lo visto el hecho de estar mirando siempre a la misma pared te genera una rutina que va en contra de tu efectividad.

Así que si no eres aficionado a irte a un Starbucks, más vale que reserves un par de horas al mes para mover muebles de esquina en esquina.

autonomo teletrabajando

5. Empiezas a ver los programas de las mañanas

Algo pasa con la teles apagadas. Tiene verdadero magnetismo, ejercen una atracción a la que no te puedes resistir.

Después de trabajar la mitad de los días desde casa durante más de 1 año, he descubierto los programas de las mañanas. Son la cosa más deprimente de la parrilla televisiva, pero tienen cierto punto cañí que hace que no puedas apagarlos.

Cuando trabajas desde casa, no hay excusas, sólo perdida de tiempo… a no ser que los chicas y las chicas de mujeres, hombres y viceversa sean autónomos!

6. Te desconectas del mundo

Seamos sinceros, casi todas las personas que conoces trabajan desde una oficina. Comparten el almuerzo, reuniones improductivas o la máquina de café. Se levantan de la mesa para cotillear y eso supone una gran parte de sus relaciones diarias.

Una de las ventajas de ser autónomo solitario, como quien se dedica a la escritura, traducción, diseño o arquitectura, es que te puedes hacer tus propios horarios.

Pero esto se puede acabar convirtiendo en una trampa. Cada vez se hace más difícil hacer planes, tus horarios no coinciden con los de los demás y empiezas a pensar que la gente te ha dejado de lado.

Si tú también trabajas desde casa recuerda que lo más importante para la economía de un autónomo son los gastos deduciblesEn función de la cuenta de gastos no deducibles que le están permitidos en función de su actividad, se puede ahorrar una pasta cada año. De hecho, un autónomo paga de media hasta 4.000€ al año más en impuestos sólo porque no se deduce todos los gastos que debería.

Y tú, ¿qué cosas raras haces trabajando desde casa?

Mi objetivo con este blog es contarte todo lo que sé sobre emprendedurismo, marketing y negocios. Si tienes cualquier duda, ¡hazme un comentario!

Y si quieres empezar a ahorrar en impuestos y dedicar menos tiempo a la gestión de tu negocio, tienes que probar Declarando…

 

Juanjo Traver
Autor:
Juanjo Traver
Juanjo es cofundador y CRO de Declarando, la asesoría fiscal que ya ha ayudado a más de 100.000 autónomos a ahorrar 50 millones de euros. Adicto a las listas, los números y los datos, en todas sus formas.