¿Te gustan los acertijos? Te proponemos uno fácil 😉
Los préstamos son deducibles. Pero no todo el préstamo es deducible.
Para deducir un préstamo debes registrarlo en tu contabilidad. Pero como autónomo no estás obligado.
¿Cómo contabilizar y deducir un préstamo si eres autónomo? Sigue leyendo para descubrir la solución 👇
Qué es un préstamo bancario para autónomos
Entre las distintas formas de financiación, el préstamo bancario es una de las más comunes entre los autónomos.
Por lo que podríamos definir un préstamo bancario como eso: una manera de financiar tu negocio.
Los préstamos los suelen conceder bancos privados, aunque también otro tipo de entidades.
Por ejemplo, los préstamos ICO, es decir, las líneas de financiación que el Instituto de Crédito Oficial (ICO), una entidad financiera del Estado, ofrece a autónomos y pymes.
Un préstamo, según nos recuerda la RAE, es una cantidad de dinero que debes devolver. Y con intereses.
Es decir, que devuelves la cantidad prestada más unos intereses que has pactado previamente con el banco.
¿Y por qué pedir un préstamo? ¿Para financiar qué? Por lo general, un autónomo pedirá un préstamo para la compra de activos, es decir, bienes que le van a durar muchos años.
Por ejemplo, un coche, mobiliario para su despacho, un ordenador, etc.
Rara vez se pide un préstamo para financiar algo a corto plazo. Para eso ya existen los créditos.
¿Préstamo o crédito?
Un crédito es otra forma de financiar tu actividad.
Aunque está pensado con otro propósito: por ejemplo, para ayudarte a adquirir bienes o recursos que ofrecen rentabilidad a corto plazo.
Por ejemplo, para el pago de impuestos o la compra de género para fabricar tus productos.
Pero la diferencia con un préstamo no solo es esa. También lo es la forma de usarlo y devolverlo:
- En un préstamo, recibes al principio todo el dinero solicitado y luego lo devuelves mes a mes, mediante el pago de una cuota que puede ser fija o variable.
- En un crédito, puedes usarlo todo o una parte, y solo pagas los intereses (fijos o variables) de la que parte que usas. Puedes devolverlo cuando quieras, dentro del plazo acordado.
Por lo demás, la forma de devolver (o amortizar) un crédito es parecida a la de un préstamo, así como la manera de contabilizarlo.
Ejemplos de préstamos bancarios para autónomos
Al pedir un préstamo para autónomos, verás que hay donde elegir. Pero no solo por lo que hace a bancos, sino también a tipos de préstamos:
- Préstamos personales. Es el préstamo por antonomasia, con importes máximos que no suelen superar los 50.000 € y con un periodo de devolución de 10 años de media.
- Minipréstamos. Como el nombre sugiere, son préstamos pequeños, que no suelen superar los 1.000 €. Son rápidos de obtener y, por su importe, más fáciles de devolver.
- Préstamos rápidos. Tiene lo mejor de los dos tipos anteriores: las cantidades de un préstamo (aunque no suelen superar los 10.000 €) y la entrega rápida de un minipréstamo. La cara amarga: los intereses son más elevados.
- Préstamos con garantía hipotecaria. Se diferencian de los anteriores porque tienes que aportar una garantía para que te lo concedan. Esta garantía consiste en un inmueble de tu propiedad (una vivienda, un local, una plaza de garaje).
- Préstamos hipotecarios para locales comerciales. Ideal si, para tu actividad, necesitas un local.
Aparte de este tipo de préstamos, también puedes acceder a microcréditos, con todos sus pros y contras, los antes citados préstamos ICO y otras ayudas para emprendedores.
Y ahora sí, hablemos de su contabilización.
Por qué un autónomo debe contabilizar un préstamo bancario
Vamos a serte francos: un autónomo no está obligado a contabilizar un préstamo.
Lo que no quiere decir que no pueda. Es más, puede y es recomendable que así lo haga.
La razón es muy sencilla: la deducción del préstamo, aunque, como veremos, no de todo el préstamo.
Como autónomo tienes la posibilidad de deducir aquellos gastos relacionados con tu actividad.
Es lo que se conoce como gastos deducibles. O para ser más exactos: gastos fiscalmente deducibles. Porque lo que te deduces —o restas— es un gasto, o una parte, para pagar menos impuestos.
Por ejemplo, el IVA, cuando se trata de una compra gravada con ese impuesto, o el IRPF, que es el impuesto por el que tributa tu actividad.
Una de las condiciones para poder deducir un gasto es que esté registrado en tu contabilidad.
Solo que en el caso de un préstamo, existen unas particularidades que, a continuación, te aclaramos.
Qué puedes deducirte en un préstamo bancario y cómo
Un préstamo bancario es deducible de impuestos, sí, pero no el préstamo completo.
Es decir, únicamente los intereses de un préstamo bancario son deducibles.
Para entender esto mejor, debemos explicarte qué es la amortización de un préstamo y la cuota de devolución.
La amortización de un préstamo es su devolución. Si recibe este nombre no es por mero tecnicismo, sino por todo lo que implica.
Y una de sus implicaciones (la más importante), es el pago regular de la cuota de devolución.
La cuota de devolución es el importe que vas devolviendo mes a mes al banco por el préstamo.
Esa cuota está formada por:
- El capital amortizable, que es el importe del préstamo que devuelves en la mensualidad
- Los intereses del préstamo, que es lo que te cobra el banco por prestarte el dinero
Pues bien, el capital amortizable, es decir, el préstamo propiamente dicho, no es deducible.
La lógica es esta: lo que devuelves es un dinero que te han prestado. Por lo que, en rigor, ese dinero no puede ser un gasto.
Pero los intereses son otra cosa. Al menos, para Hacienda, que es quien controla esto de las deducciones a los autónomos.
Para el fisco los intereses de un préstamo son desgravables, es decir, que, como autónomo, te los puedes deducir del IRPF.
También te puedes deducir, por cierto, otros gastos asociados, como la comisión de apertura del préstamo.
La comisión de apertura es un importe que el banco te cobra al formalizar el préstamo y consiste en un porcentaje de la cantidad prestada (el porcentaje varía según el tipo de préstamo).
Y quién dice la comisión de apertura también dice cualquier otro gasto asociado al préstamo:
- La comisión de estudio del banco para analizar el riesgo de prestarte dinero
- Las comisiones por cambiar las condiciones o garantías de devolución del contrato
- Los gastos por reclamación de la deuda cuando te retrasas en la devolución de la cuota
Eso sí: para que sean deducibles, deben cumplir unas condiciones. No esperarás que Hacienda te acepte una deducción así de fácil 😏
Requisitos para que un préstamo bancario sea deducible
De modo general, para Hacienda un gasto es fiscalmente deducible cuando:
- Está vinculado a tu actividad, es decir, que es un gasto orientado a la obtención de ingresos
- Está justificado, primordialmente, mediante una factura
- Está registrado en tu contabilidad
Sobre el primero, no debes darle muchas vueltas: si el préstamo lo has invertido en tu actividad, está vinculado a esta, como ya le ha recordado varias veces el Tribunal Supremo a Hacienda.
Sobre su justificación, por los intereses y otros gastos asociados al préstamo, el banco no te emite factura. Pero puedes aportar como pruebas:
- El contrato del préstamo, donde figuran los intereses
- Los justificantes de pago de tu cuenta bancaria, donde figuran el pago de las cuotas con sus intereses
Y sobre cómo registrarlo en tu contabilidad, nos ponemos a ello ahora 🤓
Cómo contabilizar la amortización de un préstamo bancario
Empezaremos quitándole hierro al asunto: no identifiques contabilidad con complejidad.
La contabilidad de un autónomo es en sí muy sencilla. Y se basa en:
- Un libro de registro de ingresos y ventas
- Un libro de registro de gastos y compras
- Un libro de registro de bienes de inversión, que son aquellos recursos que usas para el funcionamiento de tu negocio (el ordenador, el móvil, etc.)
Para los autónomos, la contabilidad y la fiscalidad van muy ligadas: si Hacienda te obliga a llevar unos libros contables es porque los necesita para fiscalizar tu trabajo, es decir, para controlar mejor los impuestos que debes pagar por tu actividad.
Pues bien, un préstamo no es ni un ingreso ni una venta, por lo que en el libro de ingresos y ventas no debe constar.
Y como lo fiscal, en un autónomo, es lo contable (y viceversa), solo deberás registrar los intereses de la cuota que pagas cada mes en tu libro de gastos, ya que eso es lo único que te puedes deducir.
Los intereses y cualquier otro gasto asociado al préstamo (comisión de apertura, comisión de estudio, etc.).
Esos gastos deberás registrarlos:
- Mes a mes, para que Hacienda sepa cuándo se produjeron
- De manera íntegra, es decir, lo que has pagado en concepto de intereses (o de cualquier otro gasto vinculado al préstamo)
- No deberás registrar el capital amortizable (porque no es deducible)
En el registro del gasto deberá figurar:
- El importe de lo que has pagado ese mes en intereses
- La fecha de pago (el día, mes y año en que el banco te cobró)
- El proveedor (el nombre del banco)
Y con esto ya estarías cumpliendo todos los requisitos de Hacienda.
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