Cuando un autónomo realiza una actividad económica tiene ingresos y también tiene gastos. Y lo que vaya a pagar a Hacienda dependerá de sus beneficios, es decir, del resultado que obtiene de restarle a los ingresos dichos gastos.
Por eso es vital que, como autónomo, tengas tan controlados los ingresos que has obtenido como los gastos fiscalmente deducibles.
Sin embargo, existe un problema: ni los ingresos ni los gastos definitivos que tendrás que declarar en renta los conoces hasta final de año.
Para solucionar esta situación, Hacienda creó el modelo 130 por el que los autónomos pueden —o deben, según el caso— adelantar cada trimestre una cantidad de dinero a cuenta del IRPF.
Qué es el modelo 130
El modelo 130 es uno de los impuestos más complicados para un autónomo. Este formulario se usa para pagarle cada trimestre a Hacienda el IRPF de forma adelantada.
El IRPF es el Impuesto Sobre las Personas Físicas. Eso quiere decir que es un impuesto sobre las ganancias de los trabajadores.
Lo importante a tener en cuenta sobre el IRPF es que es un impuesto progresivo. Es decir, cuanto más ganas, más pagas.
Datos clave sobre el modelo 130: quién lo presenta y cuándo
El principal filtro para saber si lo tienes que presentar es conocer la estimación con la que lo presentas, si es objetiva, debes presentar el modelo 130 desde el inicio de tu actividad profesional.
Los miembros de una comunidad de bienes, todos y cada uno de ellos deberán presentarlo con su porcentaje correspondiente.
Y los autónomos que realizan una actividad profesional están obligados a presentarlo sólo en algunos casos, por ejemplo, aquellos cuyos clientes son fundamentalmente particulares y en la mayoría de sus facturas no aplican retención.
El modelo 130 se presenta en abril, julio, octubre y enero. A final de año, si con estos 4 anticipos le has pagado más de lo que te toca, la Agencia Tributaria tendrá que devolverte ese exceso cuando te toque presentar la declaración de la renta.
Una particularidad del modelo 130 es que no tiene resumen anual, como sucede con el modelo 303 y su resumen anual, el modelo 390.
Gastos fiscalmente deducibles en el modelo 130
Como hemos dicho, el IRPF que debes pagar depende de tus beneficios, y estos, dependen de tus gastos. Algunos de los gastos más habituales que se pueden deducir en el modelo 130 si eres autónomo son:
- Seguridad Social
- Alquiler
- Impuestos del hogar
- Servicios contratados a otros profesionales
- Gastos financieros y comisiones bancarias
- Gastos de publicidad o suscripción
- Gastos por Seguros
- Gastos por reparaciones y conservaciones de bienes materiales
Ahora que ya sabes los principales gastos fiscalmente deducibles del modelo 130, conviene recordar que 3 puntos que debes tener en cuenta para evitar problemas al incluir estos gastos en tu actividad:
- Que el gasto esté relacionado con tu actividad: debe ser imprescindible para realizar tu actividad como autónomo.
- Que el gasto esté justificado. Lo normal es tener una factura a tu nombre.
- Que el gasto esté correctamente registrado en tus libros contables.
Si cumples con estos tres requisitos tendrás más opciones de que Hacienda no pueda rechazarte ninguno de tus gastos.
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